PRALINÉ ES LA HISTORIA DE MADE: LA ANTIGUA Y LA NUEVA, LA TRADICIÓN Y LA PRUEBA.
Hay recetas que son tradiciones, que pueden estar escritas en un papel a mano alzada, guardadas en una caja. Hay recetas que simplemente las sabemos, que vinieron con nosotros, porque alguien nos enseñó y muchas veces no sabemos cuándo y cómo pero las aprendimos.
Son nuestras. Hay recetas que son nuestras. Comidas que son nuestra propia historia. Mesas que las recordamos con olores y sabores específicos. Sabores con los que crecimos.
Hay recetas que son ese papel a mano alzada que no cambian; y hay otras, también, que inventamos, que innovamos, que probamos. Estas otras nos permiten crear por sobre lo que ya sabemos: mezclamos lo que aprendimos con lo que queremos aprender.
Praliné tiene receta a mano alzada guardada en un cajón y recetas que cambian y descubren un nuevo sabor.
Desde 2013, las personas se le convirtieron en familia y el menú en comidas. Praliné tiene eso de casona que se siente como propia; Made siempre en el mostrador como nuestra anfitriona. Está en las cosas: en las recetas, en los ingredientes, en el día y en la noche, en la cocina y en el salón, con la masa en las manos y con las manos en la masa.
Por eso Praliné es Made: porque su cocina es lo que ella aprendió y lo que se anima a probar.
Por eso Made in Praliné: porque todo está hecho en su lugar, en el mismo donde la podemos encontrar.