Hay recetas que son tradiciones, que pueden estar escritas en un papel a mano alzada, guardadas en una caja. Hay recetas que simplemente las sabemos, que vinieron con nosotros, porque alguien nos enseñó y muchas veces no sabemos cuándo y cómo pero las aprendimos. Son nuestras. Hay recetas que son nuestras. Comidas que son nuestra propia historia. Mesas que las recordamos con olores y sabores específicos. Sabores con los que crecimos. Hay recetas que son ese papel a mano alzada que no cambian; y hay otras, también, que inventamos, que innovamos, que probamos. Estas otras nos permiten crear por sobre...